Una compañera del trabajo hoy me llamó pijo después de ver mis gemelos. No se si le parecieron demasiado ostentosos, si le parecieron demasiado horteras, si es que le encantaron... no es que me importe mucho. Tampoco me sento mal.
Los gemelos que suelo usar casi a diario eran de mi padre. Heredé de él tres juegos de gemelos, pero estos quizás fuesen sus preferidos y, sino lo eran, el primer día que me los prestó, me demostró que les tenía un apego especial. A día de hoy, son la única cosa que puedo usar a diario de las que él me dejó, por lo que procuro usar camisas sin botones "para llevarlo a él conmigo". Puede que suele cursi, o que a mucha gente le parezca una chorrada, pero a veces pienso que me olvidé de él en ocasiones en el pasado, o que de alguna forma no le dediqué tanto tiempo como debería de haber hecho.
Puede que nunca más me compre una camisa con botones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario