martes, 8 de abril de 2008

Liga loca...

Soy culé hasta la médula, creo que es algo que saben todos los que me conocen. Pero, sobre todo, me gusta el fútbol. Soy de esos tipos que cargan contra el Barça cuando juega mal, cuando un jugador pierde los papeles ante la prensa o cuando un presidente, como está haciendo a día de hoy Joan Laporta, utiliza el club para fines personales.

Es evidente que Laporta, a día de hoy, lo hace. Dije en su día que yo era de Rosell, a día de hoy, reitero lo dicho. El Domingo vimos, por primera vez en lo que va de 2008, como la mayoría de la grada del Camp Nou agitaba sus pañuelos hacia el palco "presidencial". Estamos hartos...

Cualquier aficionado debe de sentir algo parecido, no se que es, resulta difícil de describir. ¿Cómo se puede consentir que un presidente de un club como el Barcelona, propiedad de los socios, ataque públicamente a todo el que no piensa como él? Una pena no haber encontrado sus declaraciones en Youtube, yo las oí en algún informativo y me quedé de piedra. Recupero aquí un pedazo del artículo que el pasado fin de semana escribió Lluís Foix para El Mundo Deportivo.

Las palabras del president en L'Hospitalet no son las del Kennedy que pretendía ser sino las de un Chávez bolivariano que grita para espantar a los que no piensan como él, a los que no comparten su mesiánica idea del barcelonismo, a los que dice que le quieren mal, a los engañosos, a los que embaucan a los humildes, a los hipócritas, a los que piden un mínimo de transparencia, por ejemplo, sobre los partes médicos de Ronaldinho, a los que pensamos que Cruyff no aporta nada al club desde hace muchos años... Con todo respeto, president Laporta, admita que no somos como su chófer, que tenemos derecho democrático a discrepar, a criticarle, a pensar de otra manera. Usted puede expedir carnets del Barça. Pero no es el amo de la entrega de carnets de barcelonismo permitiéndose calificar de buenos y malos, según le aplaudan o le silben. La grandeza del sentimiento barcelonista es que puede ser de izquierdas o de derechas, nacionalista, rural o urbano, rico o pobre, catalán o no catalán. El Barça no es suyo.

Espero que la pañolada recibida el domingo sea comienzo de la revolución que acabe echando a este "president" por la puerta de atrás...


¿Y el Madrid qué? Hombre, pues supongo que los aficionados madridistas deberían de sentir algo parecido, no es que estén para "echar cohetes". Mal juego durante casi toda la temporada, el famoso documental de Tele5 sobre las pasadas elecciones, un Schuster que se "descontrola" cada vez que pierde...

La última, Rubén de la Red. El canterano será respescado por el R.Madrid a final de esta temporada por un millón más de lo que pagó el Getafe el pasado año, cosa que, a mi entender, pone en evidencia la nefasta labor realizada por la dirección deportiva del Madrid. Mijatovic quizás debería de fijarse un poco más en la cantera, los únicos dos jugadores de la actual plantilla que dan la cara cada fin de semana han salido de ella. Higuaín, que venía como un fichaje estelar, ha demostrado estar muy verde, bajo mi punto de vista, Soldado debería de gozar de las mismas oportunidades que él... ¿Alguien se acuerda de Saviola?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en todo, menos en lo de Higuaín. Entiendo que el muchacho está verde de cara a la portería, hay que tener en cuenta que tiene 20 años, pero no todo es marcar goles, y creo que tanto al final de la temporada pasada como en los últimos partidos se ha ganado el puesto.

Cachi dijo...

¿Qué marcó? Es un fichaje "tipo Bojan", la diferencia es que, a igualdad de oportunidades, Bojan se ve un crack e Higuaín se ve un jugador corriente. Repito. ¿Y Saviola? Él ya ha demostrado en diferentes equipos ser un gran jugador, sin embargo está menos en el banquillo que el utillero, últimamente ni va convocado...

Sigo pensando que hay alternativas de casa que deberían de valorarse antes de poner siempre a Higuaín, no existe el debate y debería. Si un delantero suplente, que no es un crack contrastado, no rinde al 100%, hay que valorar al tercero, cuarto y siguientes.