Ayer por la tarde fui a la Clínica Furícula a mirarme la piñata. Llevo un mes muy estresado y esto me está afectando muchísimo a la boca. Los dientes se me mueven, bailan y se me caen... Me paso la mitad del día buscando el hueco de cada diente para volver a colocar cada uno en su sitio.
La verdad es que no lo pasé muy mal. Flipé un poco con la juerga que se traían allí... La auxiliar jugando con unas bolas que tienen adornando un despacho, después se puso una careta de colores que había colocada en una estantería, la mesa de la sala de espera estaba colocada boca abajo, la odontóloga llevaba un peinado más propio de Cruella de Vil que de una doctora seria (resulta que la susodicha tiene una Vespa y, como no ha encontrado todavía un casco de Tous que le haga juego con sus modelitos, va sin casco en la moto; de ahí los pelos de loca).
En cualquier caso, la visita a la odontóloga produjo sus frutos. Me pintaron unos números en la encía y uno en cada diente, de manera que cada diente corresponde a una posición que a su vez está numerada en la encía. De esta forma, cada vez que se me cae un diente, no tengo más que mirar su número y colocarlo donde corresponda. La verdad es que, con los pelos de loca que tiene, la doctora Furícula es toda una profesional. Ha sido muy muy práctica en la solución aportada. Cualquier otro dentista habría pintado los números en la parte frontal del diente. Ella no. Demostrando un alarde de inteligencia y grandes dotes de ingenio, decidió pintar el número por la parte trasera de cada diente. Ella tenía claro que yo sólo consultaría esa información si el diente se desprendía de su sitio, por lo que el número puede estar en la parte trasera sin problema alguno. ¿¿Dices que no??
Más propio del mismísimo de Leonardo da Vinci fue lo que decidió hacer con el piño que perdí mientras esperaba en la sala de espera. Resulta que, para pasar sus ratos libres en la clínica, la doctora tiene un campo de minigolf en esta sala. El césped, aunque es artificial, tiene un alto considerable (¿será para practicar las salidas del rough?). Perdí un piño en el "césped". Me cayó mientras esperaba y no hubo manera de encontrarlo. Pues nada, la doctora hizo una pelotilla (sí sí, la típica pelotilla...), la moldeó, la endureció, le pintó el número que le tocada y listo. Pa casa! A lo loco!
4 comentarios:
Pitufo te has tomado hoy las pastillitas¿?¿?...creo que te grayas un montón jeje...estás destempladito?
No me jo!!!!, ¿de verdad se te cayó un piño?¿O te estás quedando con el personal?¿Tendrá razón Cova y estas mal de la peluca?. Madre del amor hermoso, cría cuervos para esto...
Esto parece "Enredo".
Mamá, dices q no?? Menos mal que tenemos a la Dra. Furícula que sacó una pelotilla del tono adecuado de la nariz y me hizo un piño nuevo en un plis-plas. A lo loco!!!!
lo que hay que aguantar.. 5 años estudiando una carrera...7 años ejerciendo y realizando numerosos cursos..para que al final describan tu trabajo como una pelotilla...
Piluca no te creas ni la mitad, ni le cayo piño, ni le puse nuemros..jajaja!
Cova: efectivamente ese dia no se tomo las pastillas amarillas, y como supondras, quien andaba con las bolas y la mascara...era cachi, no mi axiliar (a la que le tengo que pagasr un extra cada vez que vienen Cachi o Gustavo a la clinica...por aguantarlos!!)
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