El otro día se estropeó el proyector en el DaVinci, estas cosas, en un local de copas, suelen pasar a menudo. El humo del tabaco, el polvo, lo cargado que suele estar el ambiente y el poco mantenimiento que suelen recibir estos cacharros en ambientes como este, ayudan bastante.
Se veía venir y, por otro lado, cambiarlo era cuestión de tiempo ya que hacía falta uno igual que el otro instalado. Mi idea era tener dos proyectores idénticos para igualar calidades en las pantallas, no me gusta la idea de que el 50% de los clientes vean de puta madre y la otra mitad vea regular.
El caso es que llegamos al DaVinci y el proyector había muerto, tenía un par de LEDs rojos encendidos y no había manera de hacerlo arrancar. La decisión fue tirarlo a la basura y comprar otro, por lo que yo me lo guardé con la idea de sacar algo de provecho. He tardado unos días/semanas en tener un par de horitas libres para echarle un ojo e intentar solucionar sus males. Esta tarde le he dedicado un ratillo y podríamos decir que ¡PRUEBA SUPERADA!
Lo que se puede ver en la foto es un pantallazo de inicio de sesión de Leopard, proyectado contra la pared de casa. ¡¡Y qué bien se ve!! No me quiero ni imaginar lo bien que se vería sobre una pantalla de proyección en condiciones.
Mi nuevo cacharro es un Acer PD116P, un proyector DLP de 2100 ANSI lumens que espero me ofrezca grandes tardes de cine y fútbol.
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